Hong Kong firmó en 2008, a raíz de su nacimiento como gran centro de distribución
en Asia, un acuerdo preferencial con China en materia de vino, el CEPA.
China se ha convertido en un destino principal de las
reexportaciones de Hong Kong gracias al “acuerdo de facilitación de aduanas”
entre el gobierno de la Región y el chino mediante el cual se pre-tasan los
impuestos en Hong Kong y se agilizan y reducen los tiempos de liquidación en
los puertos de China. Este acuerdo conlleva una serie de obligaciones:
-
El
vino ha de haber sufrido la fermentación o la producción en Hong Kong.
- El
importador de Hong Kong ha de estar registrado en el país como importador
autorizado.
- La
reexportación desde Hong Kong a China ha de realizarse a través de un
importador chino debidamente registrado.
- La
introducción del vino habrá de ser obligatoriamente a través de los puertos de
Shenzen y Cantón, ambos situados en la desembocadura del Rio Pearl junto a Hong
Kong.
Este acuerdo nos otorga una serie de beneficios:
- Arancel
de importación para productos reexportados desde Hong Kong, cumpliendo con las condiciones
de producción, 0%.
- Ventajas
de agilización de trámites aduaneros, como pre-tasación en Hong Kong, lo que
supone una gran ventaja para el exportador.
- Acceso
al mayor mercado potencial de consumidores.
El mercado chino está por explotar y las ventajas de pagar un arancel
nulo, cuando en el caso de una exportación directa rondaría el 20%, es muy
importante para posicionarse en una sociedad con cada vez mayor poder
adquisitivo en la clase media y con un gusto por los productos de calidad
europeos.
Un factor muy importante en el vino introducido en China será el
etiquetado, que habrá de ser conforme con los estándares locales en cuanto a
que debe reflejarse el tipo de uva, preferiblemente etiquetado en inglés,
periodo de maduración, ingredientes, % de alcohol, referencia al origen,
contenido de azúcar, fecha de embotellado, etc.
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